n545485446_7134018_1578253

Estaba conversando con Maca por teléfono, ya íbamos casi media hora hablando de todo, cuando le dije que todo lo hacíamos para que nos quieran más. Ella se sorprendió y le gustó y yo quise creer que ella creía que yo había tenido algún tipo de epifanía. La verdad era que yo me había perdido en lo que ella me contaba y divagando, miraba las persianas y miraba el techo. Mientras ella hablaba, aunque sólo había dejado de oírla unos segundos, miraba las aspas del ventilador de mi cuarto, había ido ya muy lejos hasta ese espacio donde están los deseos sinceros, todas las suciedades que contenemos, lo real que nos queda.

En vez de pensar en lo que ella me argumentaba, neurótica, genial y graciosa, dando unos pasos había llegado a mi escritorio donde descubrí bajo mi edición de Leaves of Grass una foto en blanco y negro. Pensaba, viendo en ella el agua, sus reflejos y destellos luminosos por primera o segunda vez en varios meses, en un lugar, un instante, otro momento. Había recordado fugazmente eso y otras cosas dispersas y trazando un enlace a través de la UPC y un tío que opinaba que sí, Shylock era un calificativo demasiado generoso para Bustamante, me había acordado de Alfredo Bryce. Me había acordado de eso que dijo sobre por qué escribíamos los que escribíamos.

Ahora me acuerdo que estábamos hablando del suicidio y de cómo lo haríamos si nos diera una enfermedad que nos impidiera querer a otro. Ella dijo que no sabía, pero que ciertamente lo había pensado. Yo le respondí que lo tenía todo planeado en caso fuera necesario: que saltaría como un clavadista, envuelto en un manto technicolor, corriendo iría contra el borde y despegaría convertido en una cantora y desplumada ave gay desde la terraza del piso 22 en el que trabajo.

Entonces fue que recordé a Bryce y lo extendí e interrumpí lo que decía ella, la detuve y le dije Maca, al final la verdad es que todo lo que hacemos lo hacemos para que nos quieran más. Ella no supo que estaba plagiando -que estaba plagiando a un plagiador y que eso me hacía mucho peor o mucho mejor que él- y todavía una vez más pude ser sabio, mordaz, auténtico, incluso cool, apuntalado por el ingenio de otro.


  1. or

    perdon, acabo de comentar como si tu escrito fuese una foto de facebook.




Deja un comentario


  • Radiante

  • Archivo